"¿cagar? ¿neta? ¿viste una escultura sociopolítica en tus heces?"
Eventualmente se vuelve un problema el intento de convertir TODO en arte.
Estratagemas para volver los vicios en virtudes se han inventado mucho antes que nuestra generación estuviera siquiera vislumbrada. La escatología, bueno ¿qué sé yo de eso?
Un trabajo aburrido (y es escatológico por la mierda que representa), de oficina, casa y calle: casi como el slogan de vitacilina, resulta que también se vuelve adorable, casi tanto como sacarse un moco.
Termina una por resolver que, sin importar la actividad, una se divierte y la ve tan hermosa como una chingada creación de Miguel Ángel, Rafael, Donatello o la tortuga ninja que me faltó... "por eso una nunca se aburre" pienso y se me va la mente a otros lares más bien utópicos y "limbescos" (pero el limbo ya ni existe ¿o sí?)...
En fin. Lo mandan a uno a la tierra para descubrir cuál es "su cosa", pero, cuando resulta que la cosa de uno es cualquier cosa ¿qué hace uno?
Nah! pues parece que divertirse, entregarse, padecer y/o disfrutar lo que le depara la vida, que como quiera, "viene siendo" igual de artístico que echarse una meadita a forma de firma en un callejón que cree desierto cuando un policía lo está esperando con una multa: artístico, poético, romántico, catártico y hermoso.
Convertir la vida en arte no es menester de artistas sino de humanos. O más básicamente, embellecer las chingaderas de Murphy tiene que ver con dichos mexicanos como el que canta que más vale ver el vaso medio lleno que medio vacío aunque como quiera siempre esté a la mitad.
Una.